Estuve mucho rato buscando entre la gente (quien dice mucho rato, dice 15 minutos) pero no había rastro de ningún mago ni de mis compañeros. Debía esquivar la posada en la que la habíamos liado a base de bien (ejem), así que volví a la fuente. Noté un olor familiar, como a frutas frescas. Me fastidiaba que pudiese olerlo, pues eso significaba que todos mis sentidos estaban en el juego. Suspiré.

De repente, recordé a qué me sonaba ese olor. Recordé que, años atrás, habíamos pasado mucho rato compartiendo items, pues ambas usábamos la magia. Era dopaje de puntos de magia. ¿Cómo podía olvidar ese olor, con todo lo que habíamos compartido? Miré alrededor y vislumbré el haz verde de su vestido.
-¡Nayreth! -La elfa soltó de golpe la poción de maná que estaba bebiendo, que fue a estamparse contra el suelo y centró su mirada en mí. Abrió mucho los ojos, sorprendida.
-¡¡Bop!!- gritó al reconocerme.
-¡Nay! -repetí, para acercarme corriendo a ella y abrazarla con fuerza. Me perdí un momento en sus brazos, dejando que mi cuerpo de niña estuviese protegido. Después de eso empecé a balbucear-. ¿Qué haces aquí? ¿Cómo has tardado tanto tiempo? ¡Nay! ¡Los otros...! -me puse a temblar, mi fortaleza se vino abajo, y le cogí fuerte el vestido.
-... ¿Los otros...? -titubeó ella- Antes, en la posada, os vi a todos juntos...- se arrodilló para quedarse a mi altura y mirarme a los ojos, confusa-. ¿Qué ha pasado?
Aunque su apariencia era la misma de siempre, parecía más insegura que años atrás, incómoda en su "skin" de hechicera. Yo, ahora mismo, me sentía tan insegura como ella, pero logré contárselo.
-Akira ha desaparecido ante mis ojos, como si fuese un holograma y al hacerlo he sentido un vacío. Poco antes he notado lo mismo, temo que haya sido Neptune. ¡Se han ido! El problema es si habrán despertado en la vida real o se habrán quedado en el limbo. Por la ciudad tampoco les he encontrado... -Nay guardó silencio durante unos segundos que se me hicieron interminables.
-Quizá debamos explorar la ciudad una vez más -dijo por fin-. Para estar seguras.

Asentí con la cabeza y empezamos a caminar. Intenté calmarme hablando de temas como qué tal sabía la poción de PM en esta nueva versión. El olor era el mismo, pero a saber si ahora tenía gusto a frutas o a hierba recién arrancada. Después le expliqué que no podía salir del juego, que había un error, así que el hecho de desconectarnos debía depender de algún factor externo.

-Por cierto -comenté ahora que hablábamos de estar atrapadas en el juego. ¿Quizá debería darle más importancia al tema? Meh, da igual- nos han encomendado una misión. Un enano. Estábamos buscando un mago porque teníamos que buscar una cueva que... no sé. Que estaba maldita o algo así -debería haberle prestado un poquito más de atención al enano.
-Una quest, ¿eh? -murmuró Nayreth. De pronto pareció más animada, como si prefiriese olvidar por un rato el hecho de que quizá no podríamos salir de aquí-. Pues supongo que ya habéis encontrado a vuestra maga- dijo guiñando un ojo.
-¡Yay! -grité, alzando las manos y dando un par de botes. ¡Ya teníamos maga! ... Más bien tenía, en singular. Por suerte hacíamos un buen equipo, aunque me sentía desprotegida sin Akira-. Ven, vamos a donde hemos dejado los burritos aparcados.