Talos 7, Nerte, año del Pegaso.

Desde que partimos le estuve dando vueltas. Seguro que no quería hacernos un rito satánico o algo parecido y entregar nuestros cuerpos? Y que la gente de la ciudad le conociera y le insultara no era algo que me incitara a confiar en él. Además, el enano no había querido acompañarnos y decía que las minas estaban embrujadas.

- Pero... -dije en voz alta, todavía pensativa- si las minas están embrujadas, ¿qué podemos hacer nosotros? Una ladrona...
- ¡Pícara! -se quejó Neptune. No le gustaba como sonaba eso de "ladrona".
- Un guerrero... -Akira también me miró. No había aguantado más de media hora encima del burrito, y ahora iba a pie- y una curandera? Quiero decir, ¿no necesitaríamos alguien más experimentado? ¿Como un mago? Porque creo que ninguno de los tres puede protegerse de hechizos.

Nos quedamos en silencio un rato. Parecía que nadie había pensado en eso. La sed de aventuras nos podía, y yo también había aceptado sin pensarlo mucho.

- ¿Y qué propones? -preguntó el chico, sin dejar de caminar.
- Dar media vuelta y volver a la ciudad a por un mago. Ponernos en medio de la plaza y gritar: ¡Queremos un mago que nos acompañe en una mágica aventura! -dije, alzando las manos al cielo. Neptune me miró sorprendida pero se rió un poco; Akira arqueó una ceja.
- Entonces vamos. No creo que al enano le importe que tardemos un poco más.

Así que nada más decirlo, intentamos hacer girar a los pollinos. Porque eran tercos, y todavía tuvimos que andar unas cuantas varas antes de poder hacerles invertir el camino.

Además, ¡el enano ni siquiera nos había dado provisiones! ¡¿Quería que muriéramos antes de llegar?! Un poquito de por favor... E imaginaba que, ahora que íbamos a la ciudad en busca de magos, Akira también preferiría comprar/pedir prestado un caballo. Porque dudaba que quisiera hacer todo el camino andando. Más si tardábamos casi un día entero en llegar a la maldita mina (literalmente).

Por suerte no había un largo camino hasta la ciudad. Todos los campesinos y campesinas que nos cruzábamos nos señalaban y se reían ligeramente. Sí, supongo que ver a dos chicas encima de unos burritos y un guerrero de casi dos metros de alto llevando un pollino la mitad de alto que él no era algo habitual. Menos cuando era el transporte de los enanos.

Al final me puse a saludar cómo haría la reina de Inglaterra, con la espalda recta y sonriendo a todos aquellos que se reían de nosotros. Era divertido, porque muchos se preguntaban si es que éramos de la realeza o algo así. ¡Incluso hubo un hombre mayor que nos hizo una reerencia! Nada más alejarnos de él, Naptune y yo no pudimos esconder la risa. Y parecía que Akira estaba un poco harto de nuestras bromitas; pero como estaba en silencio y nos e quejaba, continué con mi actuación de reina de Inglaterra, y Neptune también se apuntó. Akira no pudo hacer más que suspirar cuando nos vio.

Finalmente llegamos a la ciudad, sanos y salvos y más animados. Ahora sólo teníamos que buscar una buena estrategia para convencer alguien del gremio de la magia. Teniendo en cuenta la misión que se nos planteaba,  nadie de la ciudad querría ayudarnos, y por lo que dijo el enano éramos casi los únicos viajeros.

--  9:31 Mañana --

//OUT: ¡Bueno! ¡Hasta aqui mi post! Ya sé que siempre son cortitos, pero se me da mal describir cosas xD Nayreth, ahora es tu momento para saludar a las reinas de Inglaterra! *saca pecho*
Y también darle las gracias a la espía Nep que me ha ayudado con mi bloqueo :DDD <3 //