No había jugado desde entonces, esperando a que alguien decidiera responder y jugar conmigo.

Pero no parecía que nadie quisiera recordar aquel juego endemoniado. ¿O quizás estuvieran ocupados? No me gustaba jugar sola, pero ese día me apetecía hacerlo, aunque sólo fuera para recordar el mundo. De todas formas, era divertido ver aquellos dibujos feos corretear, y encontrar bugs por el juego, sobretodo con los más actuales, tan bien programados y diseñados. Tendría que estar jugando al Skyrim, no a esto. Suspiré y salí del juego, decepcionada.

"¡Gracias por traerme los ingredientes para la poción! ¡Bienvenida al gremio de curanderos!"

Escuché una voz procedente del ordenador. Pero acababa de salir de Mystical Land, y no tenía otro programa encendido. Me hizo gracia que dijera lo del gremio de curanderos, aunque pensaba crear otro personaje y hacerlo arquero o mago.


"¡Gracias por traerme los ingredientes para la poción! ¡Bienvenida al gremio de curanderos!"


Muy bien. Vocecita del ordenador, deja de hablar. Tengo un informe por escribir y tú no ayudas a concentrarme. Vale, estaba empezando a asustarme. Mis manos incluso empezaron a temblar y me alejé inconscientemente del ordenador. Aunque igual lo mejor sería apagar el aparato e ir a la cama...Sí, eso sería lo mejor. Cogí el ratón, que por suerte era inalámbrico, y lo desplacé por mi pierna para que fuera a la barra de inicio, y cuando hice click, la pantalla del juego volvió a aparecer.

Pegué un grito que seguramente habría despertado a todos mis vecinos, y salí de la habitación, con el corazón acelerado. Estaba segurísima de que había salido del juego, y que apareciera de repente no me hizo gracia alguna. Desde el marco de la pueta me quedé mirando fijamente la pantalla, y moví el ratón para ver si captaba la señal. Hablé con el curandero que tenía delante, que parecía tener una voz demasiado femenina.



"Tierna semielfa, tan valiente como siempre, volviendo a las tierras que una vez ya salvaste a pesar de que os hubieran secuestrado"



...¿Me estaba hablando a mí? Porque estaba asustándome de verdad. Me sentía como si estuviera en una película de miedo. Pero si no apagaba el ordenador no podría dormir en toda la noche... "Salir. Salir. Salir". Le di varias veces al botón, y cuando el escritorio volvió e intenté irme, apareció el juego de nuevo, repitiendo la misma frase. Fruncí el ceño y me acerqué al ordenador, pulsando el botón de la torre para apagarlo de una maldita vez.

Problema solucionado. Dejé el ratón en su sitio y me dirigí a mi cama, un colchón en el suelo puesto que no tenía somier todavía. Me abracé al peluche más cercano e intenté dormir, pero mi corazón seguía acelerado tras el pequeño incidente minutos antes. Sólo debía calmarme un poco...